Raúl Querido

Raúl Querido nació como proyecto musical cuando el madrileño Raúl Díaz García decidió firmar algunas de sus primeras canciones con el nombre que venía empleando como DJ. Lo primero de su producción se distinguió por la espontaneidad, por un sonido puramente descacharrado, por alternar la broma, lo poético y lo instrumental, y por ser prolífico hasta decir basta: fueron más de treinta discos digitales, entre singles, EPs y algún LP, publicados a través de Bandcamp en menos de tres años.

Cuando en 2013 funda El Pardo, que sería su proyecto más conocido, la actividad de Raúl Querido como promotor musical independiente ya se había establecido y era algo característico dentro del underground madrileño y estatal. En colaboración con La Fonoteca, en solitario o como fundador del colectivo Madrid Radical, su actividad se va orientando fundamentalmente a facilitar conciertos a grupos debutantes o proyectos en crecimiento, así como a bandas que quieren pasar por Madrid pero no cuentan con un apoyo directo para hacerlo.

También participa de algunas grabaciones haciendo las veces de productor o, más bien, de apoyo casi como “integrante postizo”, para que grupos cercanos saquen adelante sus discos de debut, como ocurrió con los de Hazte Lapón o Puzzles y Dragones. Además y en paralelo, diversifica su obra y se acerca al foco político y al technopop oscuro, con un proyecto breve pero significativo, llamado Calma en los Mercados.

El Pardo, por su propio impulso y por la atención recibida, pasa a centrar sus esfuerzos, especialmente desde su fundación hasta su despedida temporal, a finales de 2017. En esos cuatro años el supergrupo –con integrantes de Tigres Leones, Alborotador Gomasio, Hello Tiger o Cómo Vivir en el Campo, entre otras bandas del entorno– llega a publicar tres discos de larga duración, y se distingue como un grupo de culto, que se diferenció de entrada por recuperar la narración explícitamente política, dentro de una escena indie que, durante décadas, se había apartado de ese tipo de canción socialmente comprometida.

En paralelo a su grupo principal y de manera más espaciada, Raúl sigue publicando los que, probablemente, serían sus mejores discos autoproduccidos: los LPs digitales ‘Post-rock’, ‘El disco del verano’ –con el que actúa puntualmente en el MUSAC–, ‘Trabajo’ –que llega a presentar en directo en numerosas ciudades de España– y ‘Máquina (pt. 1)’. Todos ellos muestran una voz propia y asentada, mayor trabajo en la composición y mucho mejor sonido, así como una gran variedad de temas, motivos y propuestas, que se fijan en grupos como Arab Strap, Gúdar, John Maus, Apeiron, Disco Inferno, Tirana o La Estrella de David, además de recibir influencias del techno, de la música experimental, del hip hop y el spoken word.

El los últimos años, sin apenas conciertos en solitario, Raúl sigue como promotor y agente muy activo del underground madrileño. Organiza conciertos: entre otros, las ya míticas fiestas de Reyes en Siroco, por donde pasan nombres llamados a marcar tendencia, como Marcelo Criminal, Los Nastys, Rebe, Confeti de Odio o Carolina Durante. Mientras, toca y graba con bandas como Agnes, Caliente Caliente o La Perfecta Moment. Y se mantiene como músico en directo y arreglista de Algora, con el que trabaja en su álbum próximo álbum ‘Carabanchel’ un retrato homenaje a la vida de barrio.