Eau de Chloé: por fin, un cuento de los Krögers con final feliz

Los Krögers regresan con Eau de Chloé, una mezcla de garage y pop para contarnos una historia de adrenalina, timidez y agua de rosas. Eau de Chloé son melodías pegadizas cantadas con una voz arropada por guitarras frescas y desenfrenadas. Líneas de bajo que van tan de la mano con la batería como se escapan para contar su propia versión de la historia. Más coros que nunca para endulzar, por fin, un cuento de los Krögers con final feliz.

Eau de Chloé habla de la ansiedad por querer compartir “muchas cosas muy bonitas” con alguien con quien apenas has coincidido unas pocas veces. “Apenas la conocía, pero ya quería que me explicara las pelis que no entendía, que fumáramos ‘drogaína’ juntos y que abrazáramos a los amigos que dicen que me quieren”, explica Joel, voz y guitarra de los Krögers. Pero para alguien a menudo acosado por una incómoda e intermitente timidez, esto no es tarea fácil, sino que puede convertirse en una vacilación esquizofrénica entre la pura adrenalina y la odiosa amiga introversión. El ritmo, las líneas de bajo, las melodías, los golpes y las distorsiones juegan con esta dualidad y logran transmitir con intensidad esos dos sentimientos, esas dos mentes atrapadas en un mismo espacio.

A diferencia de las historias a las que los Krögers nos tienen acostumbrados, Eau de Chloé TERMINA BIEN, y la adrenalina se impone: “Nena, esto es lo que quiero hacer contigo”.