Pequeño Mal, lanzan su segundo single, un himno a la amistad kamikaze
Saray y Lolo, que fueran pareja musical en los añorados Hazte Lapón, vuelven con nuevo proyecto, Pequeño mal. Un cambio absoluto de coordenadas y una apuesta por canciones directas de ritmos contundentes y guitarras crujientes.
Con estas nuevas canciones demuestran su amor por la new wave, el power pop y el noise pop (con referencias como The OnlyOnes, The Soft Boys, The Replacements, Superchunk o Weezer), y que los emparenta con el nuevo pop de guitarras de nuestro país.
Fabulosamente acompañados por músicos malagueños, los hermanos Antonio y Carlos Fernández (Living Camboya) a la guitarra y el bajo, y Fernando Bertola (Super Cadáver) a la batería, forman un sólido combo que ha sabido llevar al estudio el sonido explosivo característico de la banda.
Después de su carta de presentación, un single doble llamado «Epilepsia de amor«, nos llega ahora un tercer tema con videoclip incluido, «Golden Retriever«, un trallazo emocional y eléctrico que apunta directo a la mandíbula. La banda malagueña se reafirma con este tema como una de las nuevas voces más viscerales del panorama independiente.
«Golden Retriever» es una oda a las amistades explosivas, a las malas ideas que merecen la pena, a esa manera romántica, casi suicida, de vivir la música y los vínculos. Es una canción para gritar con los brazos entrelazados, justo antes de que el mundo salte por los aires.
Con una base rítmica demoledora y guitarras afiladas como cuchillas, Pequeño Mal rinde tributo a la energía de la new wave (The Undertones, Buzzcocks), al espíritu del rock alternativo de los 90 (Superchunk, Built to Spill) y a bandas actuales del circuito nacional como Biznaga o Aiko el Grupo.
El tema viene acompañado de un videoclip que sobre una idea de Lolo Lapón ha sabido estupendamente plasmar en imágenes al dirigir este vídeo Fernando Bertola.
«Golden Retriever» no es solo una canción: es una declaración de intenciones, una explosión de intensidad que confirma lo que ya intuíamos en su debut. Pequeño Mal ha llegado para quedarse.